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Lunes, 21 octubre 2024
Argentina
20 de diciembre de 2011
ANALISIS

A diez años de la crisis de 2001-2002

El politólogo Rosendo Fraga analiza lo que fue uno de los peores años en materia de crisis económica-social de Argentina. El director del Centro de Estudios Nueva Mayoría asegura que "hay una sola fuerza con posibilidad de llegar al poder y ejercerlo, que es el peronismo"

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Por Rosendo Fraga (*)

Fue un año difícil para la Argentina. No sólo se registró la mayor caída del PBI en su historia, sino que también los niveles de pobreza y desempleo llegaron al máximo registrado. Fue así el año de la peor crisis económico-social sufrida por el país. Ella se inició en 2001, comenzó a manifestarse diciembre con el colapso del sistema financiero y, a fines de ese mes, tuvo lugar la declaración del default. El círculo se cerraría a comienzos de enero de 2002, con la devaluación y el consecuente abandono de la convertibilidad.

En lo político fue la peor crisis político-institucional desde el retorno de la democracia en 1983. Entre fines de diciembre, cuando renuncia Fernando de la Rúa, y comienzos de enero, que asume Eduardo Duhalde, elegido por la asamblea legislativa en aplicación de la Ley de Acefalía -el Vicepresidente Carlos Álvarez había renunciado en 2000-, se sucedieron cinco presidentes a razón de uno cada dos días.

El 2002 comienza así en una situación muy crítica, con las calles dominadas por la protesta social. En la clase media eran los cacerolazos contra el congelamiento de los depósitos y la pesificación asimétrica; en la clase media baja cobró forma en las asambleas barriales, y en los sectores más populares en los saqueos, precipitados por la falta de dinero en efectivo para poder sobrevivir. Se generaron entonces nuevas formas de expresión y subsistencia social, como los círculos del trueque, las empresas recuperadas y los piquetes como manifestación de reclamo y protesta.

A lo largo del primer semestre del año, en base a un poder precario, el Presidente Duhalde fue encauzando una situación que en las calles parecía en estado revolucionario. Al mismo tiempo, a partir del segundo trimestre del año, con la llegada de Roberto Lavagna al Ministerio de Economía, el funcionamiento económico se fue reestableciendo gradualmente.

No fue un proceso fácil ni carente de obstáculos y sobresaltos. En lo político, la muerte de dos piqueteros en una protesta por parte de efectivos de la policía bonaerense, precipitó una crisis política que llevó al presidente Duhalde a acortar su mandato, que terminaba el 10 de diciembre de 2003, y a convocar elecciones presidenciales para el 23 de abril, para entregar del poder el 25 de mayo.

En lo económico, también a mediados de 2002 Argentina bordeó la ruptura con el FMI, pero evitó el default con los organismos financieros internacionales, el que probablemente hubiera profundizado la crisis.

Son casi diez años desde entonces y la Argentina ha recompuesto su situación tanto política como económica, en un mundo en el cual los países emergentes exportadores de materias primas han tenido una gran oportunidad. En lo político, el matrimonio Kirchner ha gobernando durante ocho años y medio, representando una versión de centro-izquierda del peronismo.

Aunque no lo fue diez años atrás, hoy es claro que, en lo político, aquella crisis del 2002 se llevó el sistema bipartidista que durante todo el siglo XX dominó la política argentina, primero entre conservadores y radicales y después entre estos y el peronismo.

Las elecciones presidenciales de 2003 y 2007 y la pre-elección en la cual terminaron convertidas las primarias abiertas y obligatorias de 2011, muestran que el país tiene un sola fuerza con posibilidad de llegar al poder y ejercerlo, que es el peronismo, que ocupa el lugar del oficialismo y gran parte del espacio opositor, dividiéndose y reuniéndose en el poder de acuerdo a las circunstancias cambiantes de la política.

(*) Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría

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